Fotografía de Diego Escarfó. Muestra "Esculturas en la Patagonia" (Galeria 3 -5° ED.)
El Hormiguero bordea la muerte, dándole el lugar de la castración; dándole lugar a la castración. La escritura opera como causa, sosteniendo el deseo y el hilo de la ética del biendecir. La pandemia, que presenta a la muerte de frente, con sus diferentes efectos: dolor, inhibición, pérdida, en los diferentes formatos y aristas de estas, ha sido y es un desafío para la humanidad. También lo ha sido para nuestro Hormiguero. Dejaremos en suspenso el otro efecto: aquel que está entre la renegación y el repudio que inunda también el terreno de la polis.
La invitación a la escritura como quehacer privilegiado con lo real, ha encontrado eco no solo entre psicoanalistas sino entre poetas, escultores, fotógrafos, pintores, historiadores, filósofos y tienen lugar en este quinto número de nuestra revista.
Una multiplicidad de decires y quehaceres eleva la apuesta en este número y así nos encontramos con textos que hablan acerca de la importancia de la consideración de la muerte para la vida digna, escritos que abordan temáticas relativas a las infancias y adolescencias, a niños, niñas y adolescentes en su singularidad y en la singularidad de los contextos – el barrio, las instituciones de encierro, dispositivos novedosos para abordar situaciones graves, escenarios escolares, la escucha en el ámbito policial. Se dan cita propuestas de consideración y alojamiento para los afectados por diagnósticos sin salida, salud mental comunitaria y derechos humanos, función del síntoma, el cuerpo, la fantasía, la pandemia y los dispositivos novedosos, la actualidad política, los objetos de la pandemia y su significación, la historia local y la importancia de su consideración, la virtualidad y la pantalla en la estética de los aprendizajes, consideraciones metodológicas en las investigaciones sobre juventudes, la cuestión de lo femenino en el cruce entre psicoanálisis y feminismos, las infancias trans, adolescencias y abuso sexual, padecimientos actuales y trabajo comunitario.
Va nuestro agradecimiento a los autores y en especial a los lectores. Una vez más es constatable que no solamente el lazo es un recurso importante ante la inminencia de la muerte, sino que el lazo hace a la vida.