LA DIGNIDAD DE ADVENIR SUJETOS
En la actualidad que nos atraviesa, el acceso a la dignidad de ser sujeto, es un bien escaso. Nuestra revista así como el psicoanálisis, propone la travesía de abrir ese lugar Otro, desde la lectura, la escritura, las intervenciones y el arte. Eso constituye una praxis, entendiendo por tal, al quehacer con lo real, que, por serlo, aloja.
Jorge Alemán (2919) plantea que la dominancia del discurso capitalista se consuma como “crimen perfecto”: no solamente impera de forma éxtima a los sujetos, sino que también los integra y los captura haciendo de todos obedientes adeptos. Los intentos de subjetivación, aparecen desde la peor disyuntiva: culpable y deudor. La peor deuda y la peor culpa.
A las infancia/s y adolescencia/s que sufren la destitución subjetiva de las violencias de esos otros fundamentales que dimiten de sus lugares y funciones cruciales de dar soporte y garantías subjetivantes, se les suele duplicar el desamparo con intervenciones que naufragan en un acto burocrático, desde la posición de la Razón Indolente (De Sousa Santos, 2003) o que, en otros casos, (des)ubican a niño-as y adolescentes en el lugar de víctimas o delincuentes. Se los considera “vulnerables” o “peligrosos”.
Capítulo aparte es la entronización en las instituciones del goce de los "adultos", a la manera del proto padre, desplazando el cuidado del bien mayor, nuestros niños/as y adolescentes, fin para el que fueron creadas.
Desde estas significaciones siniestras, se operativizan políticas y se legislan normativas, todas ellas atentando contra la ley. Las infancias y adolescencias no son asunto militar o policial.
El Psicoanálisis no claudica en relación a la causa del sujeto deseante. Como praxis subjetivante, se dirige al sujeto y a su historia (los estragos en su historia incluidos), pudiendo verificarse que la “vulnerabilidad” o la “peligrosidad” son respuestas de quienes no tienen más opción que la opción forzada. Lo siniestro, en estos casos, no lo constituyen, precisamente, los niño-as y adolescentes en sufrimiento.
Estamos expuestos a lo real sin tope simbólico. Los actos “delictivos”, “inadaptados”, “vulnerables”, “violentos”, son respuesta en lo real, de un real que no cesa de no inscribirse; el cual, en primer término, ha acometido contra el propio sujeto.
Cabe destacar que no sólo el psicoanálisis, sino apuestas provenientes de los diferentes campos de la cultura (humana) van en auxilio de aquel aspecto que no debemos perder de vista, que implica a un sujeto determinado pero libre. La lectura y el quehacer de y con las marcas de la historia, es también oportunidad dignificante; más aún en infancia/s y adolescencia/s, siempre que una transferencia se ofrezca a ser donada.
De esto se tratan los hilos conductores que podemos trazar en la variedad y diversidad de los escritos que conforman este nuevo número de la Revista El Hormiguero, que hace serie con los números anteriores y aporta marcas e historia.
Los autores, artistas, trabajadores, merecen todo el crédito de lo que pueda haber de logrado en este número de nuestra revista, más aún considerando como plantea Barthes, que "el autor es el lector".