Marta Rivero se desarrolló tanto en el arte como en la arquitectura (su profesión). Ambas disciplinas están vinculadas en su hacer como proceso de pensamiento y abordaje, "sobre todo como modos de ver".
El paso por la maestría de antropología en la UNC le permitió profundizar y ampliar el tema del hombre, el colectivo y su contexto, temas presentes en su obra y en el proceso de escritura que realiza en forma paralela, "no es uno sin el otro".
La autora plantea que la línea le permite mantener el diálogo con la obra, va armando la estructura sobre la que se apoya. "En un ida y vuelta, de la figuración a la abstracción, y viceversa, la línea, como cinta de moebius, arma la topografía del tono que necesito para decir algo sobre el amor, y la muerte".
"Es el decir de la locura, como tema central, que en su inversión o contra relato, arman un mundo posible".